Hoy escribo estas líneas desde un lugar más íntimo y humano que profesional. El año 2024 fue cruel. Diría incluso que fue el peor año financiero para nuestra empresa. Por momentos pensé que la pandemia había llegado tarde para nosotros.
Mirando atrás, tuve que hacer un ejercicio profundo de honestidad: revisar lo que hice, pero sobre todo lo que dejé de hacer. Y entendí que, durante mucho tiempo, trabajé mucho donde no debía y muy poco donde realmente importaba.
Soy socia y gerente de Quality Soluciones Inmobiliarias, una empresa con más de nueve años en el mercado. Pero entre 2022 y 2023, me vendieron —y compré— la maravillosa idea de transformar el sector inmobiliario. La energía que se sentía era contagiosa, parecía una misión colectiva. Hoy, esa palabra todavía me estremece.
Por fortuna, durante ese periodo, mi equipo administrativo cuidó cada proceso interno con rigurosidad. Nuestra cartera de arrendamientos funcionaba como un reloj. ¿El equipo comercial? Hacía lo que podía, pero sin una cabeza que los guiara, porque esa cabeza —yo— estaba muy ocupada salvando el mundo inmobiliario.
En octubre de 2024 toqué fondo. Estaba completamente nublada, sin saber cómo rescatar mi empresa. Fue entonces cuando Rodrigo, mi compañero de vida, me sugirió ir a terapia. Me dijo: “algo no está bien en ti”, y tenía razón. Lo veía reflejado en mi salud, mis finanzas, mi energía… en todo.
Sin dudarlo, agendé una sesión con mi terapeuta y con el mejor consultor organizacional que conozco: Daniel Castro Carvajal. En solo tres sesiones, Daniel me ayudó a ver lo que no podía —o no quería— ver.
Nada estaba mal afuera. Todo estaba, y sigue estando, exactamente como debía estar. No tenía que salvar a nadie, ni transformar nada. Tenía que volver a cuidar lo mío. Empezando por cuidarme a mí.
Tenía que volver a trabajar en donde genero ingresos, y dejar de invertir tiempo, energía y dinero en causas que solo generaban desgaste.
Entendí —y esta frase la sembró Daniel en mí— que los recursos son el resultado de ofrecer el mejor servicio. Lo comprobé con hechos. Tomé el control de mi negocio, asumí el timón de mi barco y me convertí en la capitana que lidera con ejemplo, compromiso y trabajo.
Hoy, ocho meses después de dedicarme por completo a mi empresa, puedo decir con certeza que este ha sido el mejor año de crecimiento para nuestra organización. Y todavía no termina.
Gracias a mi equipo de trabajo, que todos los días demuestra su compromiso. Estoy segura de que cualquier persona nueva que llegue se contagiará rápidamente.
Gracias a nuestros clientes, que año tras año siguen confiándonos sus inmuebles en arriendo.
Gracias también a quienes, con algo de miedo, nos permitieron representarlos con contratos de exclusividad en la venta de sus propiedades. ¡Mil gracias! Hoy tenemos testimonios que confirman que la exclusividad sí funciona: es mejor estar comprometido que solo involucrado.
Gracias, Rodri, mi esposo. Por sostenerme siempre, y por creer en mí incluso cuando yo no lo hacía.
Gracias, Javi, amigo entrañable y pilar de nuestra agencia de publicidad. Llevamos casi dos décadas de trabajo y amistad. Tu incondicionalidad, tu servicio y tu cariño hacen la diferencia.
A Daniel Castro Carvajal y su socia Pahola Guzmán no me alcanzará la vida para agradecer toda la información tan hermosa que me han compartido para hacer mi vida más fácil.
Susan Arias de la Torre
Gerente General
Quality Soluciones Inmobiliarias